Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://pennylusy896711.rimmablog.com/37401006/reacciones-al-cabezazo-de-zidane-en-2006